Poema
Mía
dicen sus labios
borrachos de entusiasmo,
mía
sus manos
que te acarician toda,
mía
sus ojos
bebiéndose tus luces
mía
mujer
amor
mía, mi compañera...
mía como la casa, el coche, las cortinas,
la lavadora, la tele y los zapatos
mía no mires
no hables
no camines
mía no hagas
no seas
no repliques
mía porque aquel día aciago lo juraste
"tuya por siempre"
y ahora
ya no te perteneces.
dicen sus labios
borrachos de entusiasmo,
mía
sus manos
que te acarician toda,
mía
sus ojos
bebiéndose tus luces
mía
mujer
amor
mía, mi compañera...
mía como la casa, el coche, las cortinas,
la lavadora, la tele y los zapatos
mía no mires
no hables
no camines
mía no hagas
no seas
no repliques
mía porque aquel día aciago lo juraste
"tuya por siempre"
y ahora
ya no te perteneces.
que fondo tan duro se esconden en estos versos tan bien hilados techu, me gustó y mucho, me lo llevo para esta semana en mi blog, si te parece bien.
ResponderEliminarMe gusta mucho este poema, al que creo que haces hablar desde una voz masculina. Me gusta el estiramiento de esos versos, me parece que originariamente pentasílabos y heptasílabos. Lo que no me gusta es que ninguna pase a ser de ninguno, aunque, de aquella manera (de la sexual) se dé cierta posesión mutua, momentánea, que sí me parece lógica y me gusta.
ResponderEliminarVuelven los fantasmas. Y los heptasílabos, como bien dice Adolfo.
ResponderEliminarConseguir cosas y cosificar a las personas. Triste y dramático.
ResponderEliminarUN BESOTE.