Secuestrada
Es curioso como la narrativa absorbe de una manera mucho más exclusiva que la poesía, al menos a mi. Soy capaz de escribir un poema en un ratito, pulirlo, retomarlo, darle varias vueltas y dejarlo terminado sin que eso me impida hacer otras cosas. El poema soy yo, sólo se trata de hurgar un poco, rascar, ponerle letras. Sin embargo la narrativa es otra cosa. Un relato me secuestra durante un rato: pago el rescate, lo pulo, le doy varias vueltas, lo corrijo y lo dejo terminado. Ya está, se queda ahí y a veces al volver a leerlo tiempo después me parece algo ajeno, una historia que me ha utilizado como medio para mostrarse. Pero la narrativa larga, la "novela", por llamarlo de alguna manera... eso es como si me poseyesen de pronto una serie de personalidades que se empeñan en llenarlo todo. No puedo quitarme a los personajes de la cabeza, no dejan de hablar, de contarme cosas. Pelean por ocupar la parte consciente de mi cerebro y me agotan, no soy capaz de concentrarme en ca...