Tengo un disgusto de esos que tardan en pasarse, uno de los hondos, de los que te llenan de ganas de gritar. Porque he llegado tarde, me he enterado muy tarde y aunque sé que eso no cambia nada, me jode haberme enterado tan tarde. El pasado 27 de diciembre fallecía en Bilbao Óscar Alberdi, un poeta al que tengo un especial cariño, un amigo al que todavía no había podido abrazar a pesar de los años de mensajes, de inquietudes y confidencias en la distancia. Él me enviaba sus poemas, me pedía consejo... a mi, nunca lo entendí del todo. Y me contaba y yo le contaba. Y más de dos y de tres veces hicimos planes para vernos, allí o aquí, pero siempre se complicó al final y no pudo ser. Siempre me decía "te debo una invitación a comer". En su último sms del 5 de diciembre me decía que tenía su segundo poemario terminado y que me lo iba a enviar... Su segundo poemario, me quedo con las ganas de leerlo. Al primero le escribí el prólogo, de este segundo no sé quién ni por qué, ha esc