Poema
Llegada al no ser por obra de sus manos, de una mirada quizá reprobatoria, de una posible palabra de condena, no ser lo que no quiere que seas o parezcas, no hacer por si la ira anega de nuevo la rutina, no pensar fuera del límite de lo ya convenido. Reglas impuestas a golpe de chantaje si me quisieras igual que yo te quiero si me cuidaras igual yo te cuido si pensaras en mí igual yo lo hago no le contestas porque perdiste el habla, ya no sabes pensar si él no te dice cómo y las verdades te suenan a ignorancia de quien no ama como amas tú a tu hombre. Él no te quiere, necesita tu miedo, él no te cuida, necesita tus manos, él ha comprado tu vida y tu silencio a cambio de... ¿qué, si tú ya no eres nada?