Poema
No creo en los ascensores,
subo peldaño a peldaño hasta mi casa
que unos días está en el segundo piso
y otros
en el tres mil, pegando al cielo,
subo y me acuerdo
de aquel portero surcado por millares de inviernos
los ojos tan azules
y el aliento tan vino
que siempre me decía
"no tienes 13 años"
y le ponía un rombo
a la máquina extraña de tantas pesadillas.
No creo en los ascensores,
ni en su hueco tampoco...
como tampoco creo en nada
que viaje más deprisa que su propio suspiro.
subo peldaño a peldaño hasta mi casa
que unos días está en el segundo piso
y otros
en el tres mil, pegando al cielo,
subo y me acuerdo
de aquel portero surcado por millares de inviernos
los ojos tan azules
y el aliento tan vino
que siempre me decía
"no tienes 13 años"
y le ponía un rombo
a la máquina extraña de tantas pesadillas.
No creo en los ascensores,
ni en su hueco tampoco...
como tampoco creo en nada
que viaje más deprisa que su propio suspiro.
Magnífico. Estos versos me han reconciliado con el día. Abrazote para ti.
ResponderEliminarQuerida poeta lo he publicado, sin tu permiso en nuestra página de tertulianos Página 72 en el facebook. Si no quieres lo quitamos. Besotes
ResponderEliminarBello escepticismo.
ResponderEliminarBesos.
Muy tuyo y por lo tanto muy intenso, un placer, buen año mayte.
ResponderEliminarYo he probado los ascensores.
ResponderEliminarReboté en nubes de piedra.
Caí profundo.
Después me cosí dos alas- vaya quimera-
Hice vuelo rasante entre filos y rocas.
Mi alma fue salvada en un hospital de almas, curé por suerte.
Ahora creo en los escalones-
Los peldaños me hacen doler las piernas.
A veces subo dos y bajo tres, pero bue... al menos sé que ESE es el modo.
ABRAZO
SIL