Viajar o no viajar
El auge del rechazo al turismo masificado, capitalista y depredador está teniendo algunas consecuencias que me parece que no eran las que se buscaban. Si la invasión de las ciudades o enclaves turísticos, la desaparición del tejido vecinal y el comercio local y la mutación en parques temáticos para diversión de grupos de turistas me parecen barbaridades inadmisibles y que, por desgracia, tienen difícil vuelta atrás, esa otra postura radical contra cualquier forma de viaje que se está empezando a ver me parece también, en cierto modo, peligrosa, porque niega algo que venimos haciendo y documentando desde antiguo. Las personas viajamos, hay cientos, miles de ejemplos de ello a lo largo de la historia. También invadimos por la fuerza, ya sea de las armas o del dinero, eso, desde luego, no conviene olvidarlo. El mal no está en el interés por conocer, por ver, por pasear, admirar y vivir, degustar, escuchar, respirar otros aires. El problema, para sorpresa de nadie, es el capitalismo. ...