Todas las lecturas de 2024
Ya que voy a ir volviendo al blog, ¿qué mejor manera de hacerlo que retomando la sección más "abundante"? Y sin anestesia: todas las lecturas de todo un año, a lo bruto. Ya iré poco a poco, aunque no sé bien cómo lo haré, porque puesta a dejar cosas, estoy dejando Goodreads y pasándome a StoryGraph y ahí no sé cómo hacer esto tan mono.
No he conseguido pasar de la página 60, el resto lo he leído por encima y a saltos. Aburridísimo y previsible. No he encontrado nada original, todo lo que he leído y lo que he ojeado del resto es como las conversaciones entre mujeres en facebook, nada "hilarante", "irreverente" o "ferozmente honesto", como rezan las loas de la contraportada. No sé si en Estados Unidos todo lo que cuenta resulta así, imagino que hablar de flujo vaginal allí es "pecado", pero de verdad, si te relacionas con mujeres de mediana edad, todo lo que cuenta es de lo más corriente. Y su propuesta de un Sindicato de Mujeres... bueno, ya existe, se llama feminismo. Lo dicho, no he podido con el libro, es un larguísimo lugar común que cualquier mujer de mediana edad ya conoce y comenta con sus amigas con más profundidad y más gracia. Ya lo siento, esperaba que cuando lo dejé la primera vez fuera cosa mía, mi momento personal, pero igual es que ya superé el momento en que este libro habría podido hacerme gracia o interesarme. Ojo, hablo de mí, es posible que a otras personas les entusiasme. A mí, no.
A pesar de que la contraportada se sube un poco a la parra calificando este libro de "alta literatura", lo cierto es que se trata de una lectura muy interesante y evocadora, un paseo por la Siberia extremeña tan bien retratado que pareciera oler la lana de las ovejas negras de Miguel. ¡Ay! Cuánto necesitamos ese cambio a una forma de vivir más lenta y próxima a la tierra, a la agricultura y la ganadería que tantos siglos llevan alimentándonos, qué lejos estamos del amor y el respeto a esas vidas que nos dan de comer y nos abrigan. Una lectura pausada y disfrutona de este libro puede ser un buen primer paso para, por lo menos, despertar las ganas.
Hay en esta colección de relatos algo que me interesa desde hace mucho: personas normales enfrentadas al mal absoluto, a sus personificaciones, a sus manifestaciones tan corrientes como espantosas. Ese mal que está y parece inevitable. Me ha gustado.
Me ha parecido muy interesante, una lectura ágil y amena con una sólida base real y una buena vestimenta ficticia.
Llevaba tiempo esperando la segunda entrega de Julius Bentheim, la primera me dejó muy buen sabor de boca y ganas de más. Ha tardado, pero no ha decepcionado. A mí. No sé a otras personas.
El estilo de Öhri me recuerda vagamente a Conan Doyle, esa forma de escribir elegante y ya pasada de moda, pero que encaja a la perfección en el momento en que se sitúa la novela: finales del siglo XIX en Berlín. Ese tono, que me lleva a mis 12 y 13 años, cuando leí toda Agatha Christie y todo Conan Doyle, hace que la historia se me llene de olor a cacao, del sonido del reloj en casa de mis abuelos y el calorcito de la calefacción de carbón. Por eso recalco que me ha gustado a mí: hay mucho de personal en esta opinión.
Es lo primero que leo de Landero, creo. Quizá no sea la mejor idea empezar por un relato autobiográfico, no lo sé, pero lo cierto es que me ha despertado la curiosidad y ahora me apetece leerle "de verdad", leer alguna de sus novelas.
Me ha sorprendido muy gratamente esta novela de Teresa Moure. Es un mosaico, un patchwork literario en que cada pieza tiene su propia belleza y, al tiempo, encaja perfectamente en el conjunto. Cada personaje, cada mujer en esta historia, es una persona completa, bien dibujada, a la que se siente y se huele, por extraño que suene. Nada me ha desentonado, nada me ha parecido fuera de sitio, la sensación al salir de la novela es como si hubiera salido del herbolario aquel que había en mi barrio, oscuro, deliciosamente perfumado y lleno de cosas misteriosas e interesantes en todos los rincones. Muy recomendable.
Me ha gustado bastante, aunque habría agradecido mayor profundidad en algunos temas, pero entiendo que la obra es así. Muy recomendable.
Pensaba que habría envejecido peor, pero salvo algunas cosas, muy pocas, en general se mantiene actual. Creo que voy a aficionarme a esta serie, que por alguna razón no había leído hasta ahora... bueno, la razón es que estaba ocupada leyendo otras cosas, vaya.
Cada vez me gusta más esta serie de novelas negras de "perdedores". Jordi Sierra i Fabra narra con ritmo y precisión, la lectura es fluida y, al tiempo, invita a reflexionar, a ir más allá de la superficie. Las historias están muy bien construidas, los personajes también, en ningún momento se pierde el interés y al terminar me quedo con la sensación de haber aprendido algo. Muy bueno.
Entretenida, pero con trampa. Es la clase de novela de misterio en la que es imposible ni siquiera sospechar qué ha pasado porque la autora escribe con todos los ases en la manga y no los enseña ni por equivocación. Me ha recordado a aquella Agatha Christie que ponía de asesino a uno del que nunca había hablado. Agradable de leer.
Mira que me gusta Markaris, mira que soy muy del comisario Jaritos... bueno, pues esta me ha parecido algo floja. No ha conseguido engancharme hasta casi el final, la he encontrado como diluida, como menos sustanciosa que otras. No sé si hay demasiadas cosas muy parecidas a las novelas anteriores, pero me ha parecido como un día de agosto en la gran ciudad: un poco vacía, un poco sin vida, un poco paralizada a la espera de días más animados. Tengo las dos siguientes en la pila de libros pendientes, espero que la cosa remonte y vuelva a encontrarme esa crítica social, ese retrato sin maquillaje, esa Atenas atascada, ruidosa y viva.
No había oído nada sobre este libro y me ha sorprendido muy gratamente. La forma de narrar, desde la mirada de una niña lo bastante mayor como para darse cuenta de muchas cosas, pero aún con la inocencia de la infancia, es, al tiempo dolorosa, aterradora y maravillosamente dulce. Abismos que llaman, una y otra vez, llenan esta pequeña historia de vértigo y emoción. Me ha gustado mucho. Pero mucho.
Desde que la leí por primera vez estoy convencida de que Elena se merece un lugar en cualquier biblioteca, como otras escritoras "nadies" a las que he leído con más gusto que a alguno/as "álguienes" mucho menos sólidos. Y es una pena que no se la conozca más, de verdad. Yo siempre que puedo la recomiendo, porque es buena, porque lo hace bien, porque me gusta.
En esta novela la memoria, los cuidados, las mujeres en su "sitio" y fuera de él, son protagonistas. En muchos momentos he recordado a mi propia familia, esos álbumes que guardaban mi abuela y mis tías; hasta algunos nombres me han traído a la memoria a la tía Paulina, a la abuelita Teresa, y, con ellas, tantas anécdotas de mujeres, levantinas también, que pueblan mi árbol familiar. He vaciado la casa de mis abuelos y he acompañado de nuevo a mi padre en sus últimos momentos, con la cabeza perdida por una demencia vascular. He vivido su historia de las dos Adelaidas reviviendo la mía propia. Un placer.
Después de "La amiga estupenda" pensaba que esta novela de Elena Ferrante, anterior, me iba a parecer más de lo mismo, por Nápoles, por yo qué sé... Y sí y no. Tiene algo de asfixiante, de angustioso, que de pronto se suelta, se refresca, para volver a atenazar, a cerrarse, a apretar. Es Nápoles con sus rincones oscuros y sucios y de pronto el reflejo del sol en el mar, una sensación de peligro, de hombres que miran y sudan y babean con deseo y se golpean entre ellos, que huelen a tabaco y alcohol y de los que quisieras olvidarte, pero no puedes, porque son parte de la historia. Sé que me ha gustado, eso lo sé.
Se me ha quedado corto, me estaba gustando lo que leía y ha terminado demasiado pronto.
Si hay algo que me ha gustado siempre de la ciencia ficción, desde que empecé a leerla a los 12 o 13 años, es la facilidad con que nos muestra nuestra propia imagen gracias a ese juego de espejos deformantes que son los universos inventados. Mucha gente cree que la ciencia a la que se refiere es fundamentalmente física, pero después de muchos años y muchas lecturas he llegado a la conclusión de que la ciencia más presente en este género es la antropología cultural. Con la ciencia ficción hacemos eso que se conoce como el "rodeo antropológico", nos sumergimos en "el otro" para, al volver a emerger en "lo nuestro" hacerlo con una mirada más limpia y capaz para el análisis. La ciencia ficción fomenta el extrañamiento, nos hace cuestionarnos nuestras jerarquías, costumbres, estructuras, normas, formas, maneras, tradiciones.
Esta obra también lo consigue, me ha parecido que tiene un enorme potencial para abrir preguntas, para iniciar reflexiones, que es lo que más me gusta de leer: que el "entretenimiento" no se termine al pasar la última página.
Pensaba que las aventuras de Miquel Mascarell estaban ya un poco amortizadas, tenía curiosidad por ver de qué manera cobraba nuevo impulso y la verdad es que me ha gustado el rumbo de esta nueva historia. Seguiré frecuentando la compañía de este inspector republicano.
Siempre me gusta Lanchester, su mirada crítica y lúcida hacia nuestra sociedad se une a una forma de narrar agil, interesante y cercana, sin caer en lo simple. En este caso, una distopía que, como todas, nos muestra los agujeros de nuestra topía, nuestra realidad. Me ha gustado.
Me ha gustado mucho esta novela de pioneros, nuevas tierras y viejas costumbres. No había oído hablar de Willa Cather y la verdad es que me ha sorprendido la delicadeza, la belleza de sus descripciones.
Esta triple historia a traves del tiempo y las abejas me ha encantado. No suele hacerme gracia el recurso de alternar historias, un capítulo para cada una, porque normalmente me parece una forma de "alargar" historias independientes que suelen tener poco que ver entre sí, quizá un hilito. Pero en este caso el recurso está muy bien utilizado, las tres historias, que podrían parecer no conectadas al principio, abren reflexiones y se dan sentido mutuamente. Además, la narración fluye, no pierde interés ni profundidad. Me ha gustado mucho.
Desde que se me murió Camilleri dosifico sus lecturas, sé que se me terminarán, así que toca alargarlo hasta que pierda la memoria y pueda volver a empezar desde el principio. De momento, disfruto mucho cada dosis.
Esta novela me ha gustado especialmente, aunque debo reconocer que desde casi el principio sabía qué iba a pasar. Pero eso no le ha restado disfrute. Como de costumbre, agilidad, diversión, reflexión, entretenimiento, de todo un poco. Siempre un maestro, Camilleri.
No había oído nada sobre este libro, pero lo anterior que había leído de la autora me había entusiasmado, así que en cuanto pude, me hice con él. No me arrepiento. Es una maravilla de relato o, mejor dicho, de conjunto de relatos que componen la relación de la autora con la muerte y, por tanto, con la vida. Es una bellísima y a veces escalofriante descripción de ese lugar incierto para el que no tenemos una palabra, un nombre, ese momento en que podrías morir, estás a punto de morir, pero vuelves o te salvas por un pelo. Esos momentos en que la vida camina por la cuerda floja. Y qué bien lo cuenta, qué bien consigue transmitir todas las sensaciones y sentimientos. Una maravilla.
Es lo primero que leo de Yasmina Reza y la verdad es que me ha gustado bastante. Es de esas novelas en las que "no pasa nada", en el sentido de que no son una aventura, ni un momento especialmente relevante o llamativo, pero sí les pasa mucho a los personajes por dentro y la autora lo cuenta muy bien. Los diálogos no resultan artificiales, aunque ahí supongo que leer traducido oculta un poco el tono original en francés; en cualquier caso, resulta natural. Seguiré leyéndola.
No tenía muy claro que me fuese a gustar, siempre he pensado que el morbo es el recurso de los autores mediocres: el lector recuerda, pero no la calidad del texto sino las cosquillitas en la barriga. Es como las escenas de sexo explicadas hasta la última gota de sudor. Un simple truco. Pero en este caso al morbo inicial le acompaña un relato fluido e interesante, que aunque no sea magnífico sí es lo suficientemente ameno como para mantener la atención durante más de 600 páginas. Me ha gustado, no creo que pase a la historia, pero es entretenido.
No me ha parecido una lectura para lectores serios. Quizá esta afirmación resulte tan petulante como muchas de las que salpican esta obrita, pero es lo que me ha parecido. Me explico: la idea que transmite el autor viene a ser que los lectores, críticos, editores y vendedores de libros de hoy son unos seres malvados/inconscientes que no aman realmente los libros y han pervertido la "literatura" por dinero. No es ninguna novedad: capitalismo, se llama. Lo que no vende, no se produce. Lo que no vende, no merece la pena. Lo que no vende, desaparece. Querer hacer llegar esta idea, como algo revelador, me parece bien, habrá quien no lo haya descubierto todavía; pero el nivel del libro me ha parecido como para niños de 12 años, como mucho. Insisto: a mí. Me ha decepcionado muchísimo, había leído eso de "fulgurante éxito editorial", "fábula mágica" o "conmovedora y original novela". Y no. Yo he estado viendo todo el rato a Nobita, el de Doraemon, en la aventura más simplona. Un libro facilón, previsible y superficial cuya principal ventaja es la brevedad. No suelo ser tan dura en mis reseñas, pero es que llevo fatal que me vendan milongas: lo que se pretende contar aquí ni siquiera es amor a los libros, no pasa de ser una impostura, ese "la gente no sabe lo que significa amar de verdad a los libros" tan paternalista de algunos pseudointelectuales. "La gente", como si sus lectores fueran únicamente seres superiores tocados por la divina varita de los dioses del olimpo literario, como si la humanidad no llevase más de 40.000 años contando historias sin necesidad de encuadernarlas ni dotarlas de ese halo de exclusividad.
A pesar de la tremenda dureza y crudeza de la historia que cuenta, la autora consiguió llenar las páginas de ese algo delicado, inocente y dulce que es la infancia, la infancia de una niña, de una niña negra. Es cierto que resulta a veces algo confusa y es una obra, sin duda, desigual, con momentos extraños en los que parece que la narración se ha perdido por el camino. Pero la visión de conjunto, además de estremecedora, es bella. En la edición que he leído, además, hay un epílogo en que la propia autora hace un análisis de la obra y explica qué quiso hacer, qué consiguió y qué no. Este epílogo es casi tan interesante como la propia novela, porque nos muestra la "mesa de trabajo" y a la escritora tal cual, con su desorden y sus herramientas por medio, como si la hubiéramos sorprendido en sus propias cavilaciones.
Siempre magnífico, Paco Roca. El movimiento y la atmósfera que consigue en sus viñetas, el dinamismo que imprime a la narración, me encantan. Hay en esta historia de memoria y desmemoria todo lo que la propia realidad impone: amor, respeto, tenacidad, dignidad. Los que no tienen quienes se niegan a abrir las fosas.
Tremendamente interesante, pero muy denso, cada párrafo contiene solo información relevante, nada de "paja". Me ha gustado.
No había leído nada de Lisa See, creo que ni había oído hablar de ella, así que no tenía ningún tipo de expectativa sobre esta novela, únicamente el interés que me despertó el tema.
Me ha gustado mucho. La narración resulta muy natural, combina dos voces, la primera persona de la protagonista y la de la narradora, cada una para un momento vital diferente, pasado y presente. Emoción, interés, dolor, historia, tradición... todo muy bien relatado, con ritmo y sin nada que chirrie. Lo recomiendo.
Este era el último libro que me quedaba por leer de la saga. A mí Marco Didio Falco me entretiene, me divierte, me hace pasar buenos ratos y además, me recuerda a un amigo. He tardado años en completar la serie, he disfrutado cada uno de los libros, unos más que otros, es cierto, pero en general lo he pasado bien leyendo a Lindsey Davis. ¿Es la mejor literatura del siglo? Pues no. Pero esa manía de hacer ver que solo se disfruta con la altísima literatura me parece tan snob como pasarse el día presumiendo de que solo se come caviar con champagne: una horterada. La literatura es cuento, eso que hacemos desde que aprendimos a hablar: contarnos historias. Y la finalidad no es crear únicamente obras excelsas que pasen a la historia del arte, sino entretener, divertir, conmover, asustar, enseñar, en definitiva, comunicarnos. Eso es lo que hay en esta serie. Me gusta.
Compré este libro por curiosidad, sin saber muy bien qué me iba a encontrar. Qué maravilla. Me ha gustado mucho, hay en él tanta verdad, tanto espejo y tanta realidad... Muy recomendable.
Me ha gustado mucho esta novela, ha sido un poco volver a las historias de aventuras de mi infancia, con todo lo que he aprendido a lo largo de la vida. Justo hace unos meses rompí el diario que escribí cuando tenía 12 años y leyendo este libro he recordado aquellas emociones, las primeras veces haciendo algo de forma independiente, el primer beso, el primer novio... En esta novela hay aventura y amor por la tierra, es una historia escrita desde la clase trabajadora que huele a puchero y hoguera de encina, a paja y a campo y, además, está muy bien escrita.
Esta novela, tan llena de violencia, horror, desesperación y guerra, me ha gustado menos de lo que esperaba. El principio me enganchó, la primera mitad la he leído con gusto y fluidez, pero la segunda... la segunda parte me parecía llena de humo y polvo, escocían los ojos y masticaba arena, se nublaba la mente con el hachís y la incomprensión, el miedo, la extrañeza. Es decir, está bien escrita, agobia mucho. Esa es una de las cosas que no me han gustado: el agobio; la otra, que, la verdad, muchas de las preocupaciones del protagonista no han llegado a importarme lo más mínimo. ¿Es una cuestión cultural solamente o hay algo más? La historia es muy masculina, desde el punto de vista más tradicional, incluso arcaico: hombre responsable de su familia, proveedor que tiene que hacerse cargo, violento cuando es "necesario", fuerte... nada que me interese demasiado, como relato. Las mujeres aparecen como decorado, como motivación quizá, no como personas. Claro, estamos hablando de Afganistán, así que amor, honor, culpa, heroísmo, crimen y castigo no son exáctamente lo mismo que en Ávila, por ejemplo. Pero no es solo una cuestión cultural, creo. Hay algo más que no me ha gustado y supongo que es, precisamente, el "desde donde" escribe el autor: desde los hombres, como únicos responsables del desaguisado y su resolución. Toda la reflexión del personaje principal se centra en él, en su papel como hombre, toda la crítica a la situación de las mujeres se reduce a uniformarlas y reducirlas prácticamente a un personaje que podría ser cualquiera de ellas: una mujer con burka azul. No acabo de ver la posible crítica, la exposición sobre las condiciones de la mujer. No lo veo.
Algo que me gusta de Calvino es su forma de construir metáforas que hablan de muchas cosas: al leerlo, al reflexionar sobre lo que se está leyendo, los significados se echan carreras. Quizá por su lucidez, en "la nube de smog" he encontrado no solo un retrato bastante poco amable de las sociedades industriales, sino también una profecía sobre la forma de "limpiar" toda la suciedad generada en ellas. Está eso que ahora llamamos "ecowashing" y que no deja de ser un lavado de imagen para engañarnos y hacernos creer en una supuesta conciencia ambiental. Y también está eso tan moderno de sacar la porquería y que se ocupen otros más pobres, que sean ellos quienes limpien el desastre. Una obra cortita en la que hay mucho, como esos trucos de mago en que empiezan a tirar de la punta del pañuelo y salen cientos de ellos, eso me ha parecido esta novelita. Muy recomendable.
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