Bodegón de verano


© Mayte Sánchez Sempere, 2013

A pesar del calor, enciendo el horno y veo subir y dorarse la masa. Es una de esas cosas mágicas que nunca dejan de sorprenderme. La masa blanda, elástica, pegajosa, se convierte en un dulce con la corteza crujiente y el interior esponjoso. Un milagro delicioso.

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