Más cambios
Cuando la vida cambia y se pone toda de otro color, cuando el paisaje fuera de casa empieza a ser otoñal y dentro es de nuevo primavera, cuando el verano quiere quedarse en mi piel y el invierno se cuela por las rendijas de la madrugada, es ahora, cuando todo muta y gira y se recoloca, cuando retomo viejos proyectos e inicio otros nuevos.
Abro y cierro poemarios, recopilaciones de relatos, colecciones de dibujos, pinturas y fotografías. Las historias se me escapan y van dejando un rastro que me empeño en seguir, tirando de ese hilo que se agita travieso para que no le pierda de vista. Y así, escribo, escucho, miro, siento y con los ojos cerrados huelo este bosque nuevo y a la vez antiguo en que me he internado, este bosque eterno en que a cada paso la vida se revela.
Después de un verano de mar y pensamientos caracola, de indagar en la vida que viene del agua, en la historia y todo lo que nos ha ido dejando como abono del que nos alimentamos, llega el otoño y con él la naturaleza se prepara para enroscarse de nuevo sobre si misma y ser principio y fin. Se pudre la vida, cae en el letargo y descansa la tierra. Tiempo de crecer hacia dentro, de recogerse y prepararse para un nuevo ciclo que llegará con la primavera.
Poco a poco iré compartiendo con vosotros todo esto que os cuento y que ahora mismo, por motivos técnicos y de tiempo no llega a asomarse a este blog. Poco a poco.
Como véis, sigo haciendo cambios en el blog, despacito y con cuidado de no romperlo todo. De momento, novedades hay pocas, aunque encontraréis todo cambiado de sitio. Paciencia, terminará quedando bien. Eso si, aún no he descubierto la forma de que la primera entrada no tenga el mismo tamaño que la barra lateral... pero no desespero, terminaré por descubrir el secreto.
Abro y cierro poemarios, recopilaciones de relatos, colecciones de dibujos, pinturas y fotografías. Las historias se me escapan y van dejando un rastro que me empeño en seguir, tirando de ese hilo que se agita travieso para que no le pierda de vista. Y así, escribo, escucho, miro, siento y con los ojos cerrados huelo este bosque nuevo y a la vez antiguo en que me he internado, este bosque eterno en que a cada paso la vida se revela.
Después de un verano de mar y pensamientos caracola, de indagar en la vida que viene del agua, en la historia y todo lo que nos ha ido dejando como abono del que nos alimentamos, llega el otoño y con él la naturaleza se prepara para enroscarse de nuevo sobre si misma y ser principio y fin. Se pudre la vida, cae en el letargo y descansa la tierra. Tiempo de crecer hacia dentro, de recogerse y prepararse para un nuevo ciclo que llegará con la primavera.
Poco a poco iré compartiendo con vosotros todo esto que os cuento y que ahora mismo, por motivos técnicos y de tiempo no llega a asomarse a este blog. Poco a poco.
Como véis, sigo haciendo cambios en el blog, despacito y con cuidado de no romperlo todo. De momento, novedades hay pocas, aunque encontraréis todo cambiado de sitio. Paciencia, terminará quedando bien. Eso si, aún no he descubierto la forma de que la primera entrada no tenga el mismo tamaño que la barra lateral... pero no desespero, terminaré por descubrir el secreto.
PACIENCIA MAYTE TODO SALDRA BIEN CON UN PAR DE TRUCOS Y UN POCO DE PACIENCIA, MUCHOS BESOS. VOLTIOS
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