Scouts caza-escritores
Estábamos en la caseta 198, Ediciones Escalera, venga a firmar ejemplares del libro colectivo, Javier Serrano, Manu Espada y una servidora, los dedos entumecidos incapaces ya de más florituras sobre el papel, cuando se acercaron unos scouts de unos once años, tres meses, dos días, cuatro horas y catorce minutos. Con su ojo entrenado, con su olfato agudo, con su oído atento, reconocieron rápidamente a las personas más importantes de la caseta. No éramos nosotros, claro, sino los editores.
- ¿Nos puedes firmar? - le pidieron a Talía.
Traían una hoja de papel con algo impreso por una cara, la otra en blanco; reciclando, que chicos tan majos. Nuestra editora se puso la sonrisa de aturdir y nos los pasó:
- No, yo no, ellos...
Firmamos, claro está, en el convencimiento de que ese grupo ganaría la prueba de recoger firmas de escritores famosos. Tres del tirón, ahí es nada.
Ahora, Javier, Manu y yo tenemos que ir todos los sábados al grupo scout, montar las tiendas, hacer fuego, orientarnos por la posición del helicóptero de tráfico y estamos aprendiendo a diferenciar la caca de conejo de la caca de oveja.
(El final es ficticio, aunque bien pudiera suceder, puesto que a ninguno se nos ocurrió mirar qué había impreso en la otra cara del papel).
Bueno,,,,,,,a mí es que eso de los Scouts me suena casposillo, pasaín de moda.
ResponderEliminar¿Existen todavía?
Yo no las tendría todas conmigo eh, que a saber qué habéis firmado bonitos.
Bletisa
Vete a saber lo que firmamos, lo mismo era un manifiesto a favor del robo de niños o algo por el estilo. Fue un placer compertir caseta con vosotros (y manos entumecidas). Un beso.
ResponderEliminarManu
¡Jajajajjaa!! ¡Más listos que el hambre!! Igual les sirvió para despertar un gusanillo por la lectura, Mayte. No solamente se piden autógrafos a los actores, cantantes y etc.... Al menos, esa "lectura" sí la tendrán.
ResponderEliminarNo obstante, con su olfatímetro para el negocio, os recomiendo VIVAMENTE husmear antes de frmar el texto reciclado....
;)
bueno, dentro de lo malo... menos mal que no vino botín a que le firmaras...
ResponderEliminarPues ahora que miro la foto (la mano aún tumefacta) me digo ¡coño! ¡si el del medio es Ray Loriga! En cuanto a la anécdota de los scouts, yo siempre me sentí, y me vi, como un autor scout, siempre pienso en esos becarios de soldados cuando escribo algo. Ese día hubo otra anécdota curiosa: la de la escritora que iba dejando su carta de presentación, caseta por caseta, buscando un editor que se hiciera cargo de su novela (¿era novela?). Lo curioso del tema es que la carta estaba trufadita de faltas y/o erratas; nuestra escritora en ciernes no se había tomado la molestia siquiera de pasarle a su carta un corrector de ortografia. Mala imagen esa...
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