Dos lecturas tiene tu bocadito Mayte. Una es que hay poetas muy viejos siendo muy jóvenes y otra es que hay poetás jovencísimos aunque sean ya abuelos. Me llena de alegría la textual, la segunda.
Bueno Bletisa, la verdad es que hay una tercera, criticona y mala leche: no asumimos la madurez y con 40 años seguimos empeñados en entrar en el grupo de los "jóvenes".
Yo no me siento joven. Me siento madura, con ganas de vivir, con empuje, ilusión, alegría... esas cosas no son patrimonio de la juventud. Si lo son los idealismos desinformados, la indecisión, la búsqueda inicial de uno mismo, la soberbia ignorancia... cosas a superar. En la madurez asumimos responsabilidades, somos conscientes de más cosas. Por eso me da risa que se empeñen en llamar joven a quien ya no lo es. ¿Qué tiene de malo madurar, aprender, conocerse? Me parece que lo de llamarnos jóvenes no es más que una estrategia comercial, un dorarnos la píldora para que nos sintamos más a gustito.
Y todo a cuenta de una antología de jóvenes poetas, algunos ya talluditos... ya ves, yo siempre haciendo amigos, ja ja ja.
La angora es una fibra natural cálida y suave que suele utilizarse en tejidos mezclada con lana. Procede de los conejos de Angora, que se crían en granjas para la producción de esta fibra. No hay que confundir con el mohair, que procede de las cabras de Angora ni con el cashmere, procedente de la cabra de Cashmere. Y desde luego, nada que ver con los gatos de Angora. Se cree que los conejos de Angora proceden de Turquía, de la región hoy conocida como Ankara. En el siglo XVIII, la realeza francesa los utilizaba como animales de compañía y hoy en día siguen utilizándose como mascotas, por su belleza y su carácter tranquilo. Los conejos se esquilan cada tres meses y llegan a producir hasta 1,5kg de pelo al año. Hasta los años 60 la mayor cantidad de pelo de Angora se producía en Francia, pero actualmente el lider en la producción de este tipo de fibra es China (aproximadamente, el 90% del total en todo el mundo). Y aquí es donde empieza la polémica, de la que es posible que hay
Hoy vamos a hablar de los grosores del hilo, porque llegamos a Ravelry o a otros sitios, conseguimos un patrón que nos encanta y nos encontramos con que nos hablan de «lace» o «DK» o «ply» y no sabemos qué hilo comprar. Empezamos con lo más fácil: ply. Se refiere al número de cabos en el hilado, de manera que el primer grosor que encontramos, el más fino, es 2 ply. No ayuda demasiado, ya que los cabos pueden tener distintos grosores, pero en algunos países, como Reino Unido, Australia o Nueva Zelanda, es la nomenclatura que más utilizan. La terminología que solemos encontrar está en inglés y saber el significado de las palabras puede ayudarnos un poco, aunque no siempre. Hilados muy finos: Thread : significa, literalmente, «hilo». Son hilos finos, como los que usamos para coser. Lleva unos 2000 metros por 100 gramos. Agujas de 1mm o 2mm. Se utiliza para tapetes y otras piezas delicadas. Cobweb : literalmente, tela de araña. Así que, para nuestro caso se refiere tambi
La llamada Fair Isle es una técnica de tejido tradicional que se utiliza en patrones que combinan varios colores. Toma su nombre de Fair Isle, una pequeña isla al norte de Escocia que forma parte del archipiélago de las Shetland y donde a día de hoy se continúa practicando. El origen de los diseños es incierto, aunque existen varias teorías. Hay quien ve en ellos evidentes influencias escandinavas y europeas: se sabe que los tejidos se intercambiaban con los barcos que pasaban por otras cosas, como licores y tabaco; en esa relación comercial podría estar la llegada de este tipo de diseño. Esta parece la teoría más lógica y posible. Otra teoría que he leído, la más divertida, habla de que James Coats, fundador de la fábrica de hilaturas Coats (sí, la matriz de Fabra & Coats) envió como regalo a la isla unos caleidoscopios, lo que permitió a los isleños desarrollar nuevos patrones. Estaríamos hablando de 1850, aproximadamente. Pero la más extendida es la que
Dos lecturas tiene tu bocadito Mayte.
ResponderEliminarUna es que hay poetas muy viejos siendo muy jóvenes y otra es que hay poetás jovencísimos aunque sean ya abuelos.
Me llena de alegría la textual, la segunda.
Bueno Bletisa, la verdad es que hay una tercera, criticona y mala leche: no asumimos la madurez y con 40 años seguimos empeñados en entrar en el grupo de los "jóvenes".
ResponderEliminarYo no me siento joven. Me siento madura, con ganas de vivir, con empuje, ilusión, alegría... esas cosas no son patrimonio de la juventud. Si lo son los idealismos desinformados, la indecisión, la búsqueda inicial de uno mismo, la soberbia ignorancia... cosas a superar. En la madurez asumimos responsabilidades, somos conscientes de más cosas. Por eso me da risa que se empeñen en llamar joven a quien ya no lo es. ¿Qué tiene de malo madurar, aprender, conocerse? Me parece que lo de llamarnos jóvenes no es más que una estrategia comercial, un dorarnos la píldora para que nos sintamos más a gustito.
Y todo a cuenta de una antología de jóvenes poetas, algunos ya talluditos... ya ves, yo siempre haciendo amigos, ja ja ja.
besos