Últimas lecturas - el verano y sus tiempos diferentes

El verano se termina y yo tenía pendientes dos meses enteros de lecturas. Un desastre. Son menos de lo que hubiera querido, pero es que en vacaciones siempre leo menos que el resto del año, al contrario de lo que por lo visto hace la mayoría de la gente. Así que como entre julio y agosto estuve tres semanas de vacaciones, en las que prácticamente no leí ni diez páginas, estas que os comparto son pocas para dos meses pero muchas para vacaciones.

Isla de Pascua
Jennifer Vanderbes - 7/10

Tiene esta novela un poco de todo para resultar interesante y un poco de todo para resultar un petardo. Por suerte, me ha gustado la parte de aventura y me he creído muy poco la parte petarda, casi de novela rosa, así que el tiempo empleado me ha resultado agradable.

No me ha parecido gran cosa en ningún aspecto, pero me ha entretenido y no he sentido ganas de dejarla, así que ha cumplido su cometido.

La autora reúne en la Isla de Pascua historias y mujeres de diferentes épocas, historias que quizá lleguen a cruzarse, relacionadas con la propia historia de la isla y sus misterios. Hay amores y aventuras, barcos y aunque a veces se le ven los hilos y las trampas, al final resulta un libro ameno y casi bien construido.

Hotel Madrepatria
Yusuf Atilgan - 9/10

Descubrí a Atilgan el año pasado, o mejor dicho, le leí por primera vez, porque ya sabía de su existencia. Como me gustó, este año, en cuanto lo vi en la Feria del Libro de Madrid me lancé. Y es que Gallo Nero es una editorial cuya caseta visito cada año con la seguridad de que me voy a llevar una o dos joyitas. No decepciona.

Esta novela es más larga que sus páginas, más densa, más poblada que sus pocos personajes (uno, básicamente). Acabé perdida en las pocas habitaciones de este hotel, en las habitaciones humanas, sociales, psicológicas... me ha parecido una novela muy buena, la verdad.


La inequívoca fragilidad de los mosquitos
Sonia Fides - 7/10

Resulta que Sonia, una poeta a la que conozco y aprecio hace años, va y publica su primera novela. Y no me quedó más remedio que hacerme con ella. Buena decisión.

La novela tiene ese tono que se nos pone a los cuentistas cuando de repente tenemos que alargar porque la historia lo pide: se nos da regular, se nos nota, pero no es malo. Es una forma de contar diferente a la de los que aprenden en un master de narrativa y siguen las instrucciones del profe, no sé si me explico...

Y en esa diferencia tan refrescante está esta novelita, muy bien editada, por cierto, en la que unas protagonistas que me han caído de pena desde el principio han conseguido que me interese por sus vidas y que las siga en su viaje de reunión, catarsis y renovación.

La musa oscura
Armin Öhri - 10/10

¡Madre mía! Impedimenta es una editorial que siempre lo consigue (por lo menos conmigo). Me refiero a sorprenderme y entusiasmarme.

En esta ocasión, una de crímenes ambientada en el Berlín de 1865. Una joya, de verdad. Si como dicen los editores, continúa la saga, me voy a convertir en fan incondicional.

Tiene de todo, moderno y antiguo, con un tono comedido y al tiempo emocionante, sin excesos y sin defectos. Vamos, que me ha encantado.



Días del Arenal
Soledad Puértolas - 9/10

Amor, una de amor. Y me ha gustado muchísimo. Además, teniendo en cuenta que va y viene en el tiempo y se posa en el Madrid de principios de los 90, no resulta nada "pasada", como les ocurre a otras novelas de la época.

Justo la he leído en verano, mientras los personajes de la novela que escribo van y vienen de un pueblo a Madrid y debo reconocer que me ha costado mucho no contaminarme, no dejarme llevar por su tono y perder el mío.

Me ha gustado mucho, es una maravilla volver a la Puértolas de vez en cuando.

Brooklyn follies
Paul Auster - 10/10

Y para terminar las vacaciones, un valor seguro: Paul Auster, uno de mis autores favoritos.

No creo que diga nada nuevo sobre él, me encanta su forma de contar, tan natural y al tiempo tan bien construida. La historia fluye, todo parece lógico y a medida que leo tengo la impresión de que me lo está contando a mí, personalmente. Me creo a todos los personajes, todas las situaciones y lo disfruto. Esa es la magia del buen novelista, en mi opinión: que el lector no le vea, no perciba el trabajo ni los recursos, no se pare en ningún momento a pensar cómo se ha construido el relato sino que navegue del principio al final con una sonrisa. Y así es siempre leer a Auster.

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