En tren


No he desaparecido ni me he escapado del blog. Lo que pasa es que me subí a un tren del que no quiero bajar y ando recorriendo mundos horizontales y verticales, cruzando valles antiguos y nuevas estaciones. Cada vez hay más vida en el tacto y la tierra, menos pasos en el aire y más letras sólidas. Cada vez el reloj es más pequeño y los mapas más grandes. Me adormezco en el tren solo cuando se para un rato. Pinto con la mano derecha lo que acaricio con la izquierda y me bebo el mar en que nado. Así, ¿quién tiene tiempo para mundos virtuales?

Fotografía de Ilkhi Carranza en el trayecto Sofia - Blagoevgrad.

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