Poema

Los perros vagabundos
se comieron
a los patos sembrados en el parque,
que no supieron
dónde estaba el peligro
quién era el enemigo;
los patos,
con los ojos pintados
para ser el hermoso adorno de un estanque.

Los perros
si sabían
del hambre y el instinto,
de las plumas con babas,
de la sangre y el barro;
los perros,
libres y asilvestrados
que se comieron los patos
antes de haber perdido
la batalla final contra el asfalto.

Comentarios

  1. No es poema de una sola lectura. Pobres perros. Pobres patos. Me ha gustado mucho.

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  2. Pues a mí me ha encantado, perros de esos conozco unos cuantos y patos ni te cuento.

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  3. Qué magistral alegoría!

    Te felicito.

    Un abrazo

    SIL

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  4. La vida misma que anda entre perros y patos. Sucede que a veces las personalidades se cambian y entonces el perro hace de pato y viceversa.
    Me gusto la sinceridad y la fuerza de este texto.
    Saludos

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  5. A todos:
    este poema está inspirado en hechos reales, periféricos, antiguos, pero reales. Y si, como la vida, tiene varias lecturas.
    Sigo con mi "Camino Viejo de Vicálvaro".

    Abrazos, besos y saludos a repartir.

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  6. El asfalto gana muchas batallas.
    Demasiadas.
    Saludos.

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  7. Pobres patos, pero claro, el hambre no da tregua ni siquiera a la belleza.

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  8. Laura, has dado con la raíz de este poemario: todo el paisaje de mi infancia está ahora lleno de cicatrices de asfalto.

    Un abrazo.

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  9. Sí Bletisa, el hambre no da tregua como no la da la naturaleza. Los perros son carnívoros y los patos comida, a veces se nos olvida que hay leyes más fuertes que nuestros caprichos.

    Un beso enorme.

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