Poema

Levanté las vendas
con cuidado
como quien descubre
después de tres mil años
la momia indiferente
de una princesa egipcia.

La superficie cutánea es ahora
un mapa ciego
plagado de caminos sin retorno.

Es igual,
hay lugares
a los que no se puede volver
aunque se quiera,
como el fondo rasgado de una herida
o el suelo de una cueva
que quiso ser palacio.

Se me mueven los dientes
anclados
levemente
a la encía gastada por los sueños;
comerse el mundo
no es tarea fácil,
no para una princesa
egipcia
que murió
hace unos tres mil años.

Comentarios

  1. Me gusta mucho, Tetxu! Lo mismo hasta te lo grabo!!!

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  2. Jo, pues con tu voz gana mil puntos...

    Beso grande, ya contarás en que andas (aparte de sobreviviendo al trabajo, supongo)

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